1 Agosto, 2025
El miércoles 30 de julio se realizó, vía virtual, una charla a cargo del destacado psiquiatra Elías Arab – co-autor del libro “El cerebro roto y la generación emergente” – quien se refirió a los riesgos y consecuencias de la exposición a las pantallas.
La instancia, organizada por la Red Micelio a la que pertenece nuestro establecimiento, estuvo dirigida a padres, apoderados, docentes, asistentes de la educación y estudiantes de las comunidades de la red, integrada además por los colegios Rosario Concha, Cristóbal Colón, Liceo Polivalente San José de la Preciosa Sangre y Liceo Ruiz Tagle. Fue moderada por Marcelo Neira, Director del Área de Incidencia y Estudios de la Delegación Episcopal.
La introducción estuvo a cargo de Álvaro Durán, rector del Liceo Polivalente San José de la Preciosa Sangre, de Adolfo Henríquez, rector del Liceo Ruiz Tagle y de nuestra rectora, Denise Ramírez, quien manifestó la importancia de este tipo de encuentros, sobre todo, por lo relevante que es educar en este tema, no solo teniendo una mirada punitiva o prohibitiva.
Durante la charla, el psiquiatra Elía Arab señaló que su expectativa es poder sumar a muchas personas a la causa de proteger la salud mental, restringiendo el uso de pantallas y tecnología en niños y adolescentes. “Nos hemos sentido muy solos, casi nadando contra la corriente, pero cada vez se suman más personas y cuando hacemos comunidad vamos a lograr cosas importantes”, dijo.
Asimismo, se refirió a los perjuicios concretos del uso indiscriminado de dispositivos electrónicos, haciendo alusión al daño que se genera en la corteza prefrontal del cerebro, que termina de desarrollarse a los 25 años, y que juega un papel crucial en funciones ejecutivas como la toma de decisiones, la planificación, la memoria de trabajo, la concentración, el lenguaje y la regulación emocional.
“Lo que hacemos cuando exponemos tempranamente a cualquier tipo de pantalla a un niño menor de 6 años, es retrasar el desarrollo del lenguaje, la capacidad sicomotora y aumentar la desregulación emocional. Por eso, la recomendación es que los niños menores esa edad no tengan acceso a pantallas”, enfatizó.
Otros de los efectos nocivos mencionados por el especialista, fueron los relacionados con el impacto emocional y psicológico como la ansiedad, depresión, disminución de la autoestima, alteraciones del sueño, reducción de la interacción social real, adicciones, entre otros. Ante esto, recomendó acciones como sacar los dispositivos como televisores y celulares de la pieza, utilizando, por ejemplo, despertadores convencionales. “Es imposible cuidar el sueño si tenemos dispositivos que nos distraen. A mayor tiempo que pasamos en redes sociales, casi se triplica el riego de depresión”, advirtió.
Finalmente, se refirió a la importancia de cuidar los vínculos reales con las personas, a hacer distintas actividades, a darle un lugar importante a la lectura en nuestro día a día, y a tener contacto con la naturaleza. “Necesitamos hacer un cambio. Si somos individualistas, menos empáticos y hacemos cada vez menos comunidad, estamos condenados a la extinción. Está demostrado que los que son adictos a las pantallas son adictos a las drogas. Hay un déficit de vida real. Tenemos que hacer un acto consciente para desconectarnos y ayudar a otros a eso”, concluyó.