MIENTRAS UNO VIVE, HAY ESPERANZA (Ecl. 9,4)

Querida comunidad escolar, espero que se encuentren muy bien luego de poder tener un tiempo «de gracia» en las recientes vacaciones: la gracia del descanso, la gracia de la familia, la gracia del ocio creativo, la gracia de conocer lugares y gentes nuevas… Todo es gracia, si nos permite reencontrarnos con Dios, con el prójimo y la prójima, con nosotros mismos.

En esta vida, no podemos vivir sin ideales. Necesitamos una esperanza cierta y verdadera que asegure la existencia y provea un motivo para vivir.

Pero, al respecto la palabra nos enseña: “donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón Mt 6,21”. Si tu esperanza, tu tesoro, es vivir el presente sin esperar nada, tu mañana será incierto. Si tu esperanza, es tener buena salud y posición económica, sin esperar nada, tu corazón es terreno fértil para el materialismo e individualismo, males expresados por depresiones, injusticias y soledad.

 

Entonces, la esperanza que requerimos si bien debe darnos ánimo o empuje para lograr deseos y anhelos, también debe ser una esperanza que nazca de la vida, una vida sin esperanza es una vida sombría.

Como comunidad educativa católica, sabemos que Dios y Jesús, su Hijo son vida. De esta manera, es una esperanza que libera del miedo al futuro y de la incertidumbre, una esperanza que hace el bien. Entonces, nuestra esperanza parte desde el evangelio.

Nos importan las dificultades actuales y futuras, y nuestra esperanza es que sabemos que hay solución y para nuestro bien. Esa es nuestra esperanza en medio de cualquier situación, no solo está en la alegría o dificultad, sino que también tiene en su germen algo bueno como resultado.

El desánimo, la preocupación y el abandono constantemente están presentes y nos sorprende su gran fuerza y persistencia. Sin embargo, no debiera sorprender, ya que es propio de esta sociedad, en esencia injusta. En el evangelio, se nos enseña que nuestro camino es perseverar y luchar ante esta realidad, con la confianza de recibir la respuesta anhelada en el momento preciso. No nos dejemos vencer por el pesar.

Todos y todas, sabemos que nos hemos encontrado en medio de una gran pandemia y grandes problemas asociados a su progreso, pero, como aprendimos de Job: nunca perdimos la esperanza en el Sagrado Corazón. Somos colegio corazonista en todo momento, no solo en los momentos buenos o los malos.

Ahora, empezaremos otro año lleno de desafíos, invito a vivirlo como un «tiempo de gracia» para aprender y practicar el evangelio, vivirlo como un tiempo de hacer el bien. Y, en ese tiempo nos va a animar, como siempre, un lema y un logo común para la comunidad educativa.

 

El lema 2022 del Colegio Instituto Presidente Errázuriz será MIENTRAS UNO VIVE, HAY ESPERANZA, una esperanza aferrada al evangelio que en medio de los altibajos que existen o existirán es fiel y cumple lo que promete. Una esperanza, que nos acompaña y da la certeza que nos permite educar y formar en calidad, seguir adelante, día tras día, con tranquilidad y confianza.

El logo del lema, a continuación, es una imagen que estará presente en nuestra comunidad, donde un niño y una joven unidos en torno al Sagrado Corazón representando nuestras diferencias, pero todos llamados a la esperanza por el Corazón de Jesús.

 

Un gran abrazo.

Profesor Eduardo Rojas González
DIRECTOR
COLEGIO INSTITUTO PRESIDENTE ERRÁZURIZ